sábado, 26 de abril de 2008

tamara de lempicka







" Mucho se ha hablado de esta más que excéntrica ruso-polaca que debió refugiarse en Paris al triunfar la revolución bolchevique. Mucho es lo que se ha abundado en torno a sus preferencias sexuales, tal vez múltiples y quizá divergentes (se incluyen en esas historias las referidas a sus amigos, casi todos ellos artístas plásticos o literarios).Tambien mucho se ha debatido acerca de si era en algún punto original o, si por el contrario, sólo sabía pintar " a la manera de" tal o de cual. De todo esto se ha hablado mucho y muy poco,en cambio, de la reacción que en cada uno de nosotros producen sus pinturas. Hay un punto de partida que creo todos compartimos: la pintura de Tamara de Lempicka puede o no gustarte, pero no te deja indiferente. De algún modo te queda grabada en la mente.De algún modo -tambien- sus personajes, siempre contundentes, te invaden, caen sobre como si fueran a aplastarte. Y no es para menos. Son personajes animados de una fuerte tensión interior, casi de una fuerza instintual. ¿Puede decirse que sus personajes son amorales o inmorales ?. Yo creo que eso es relativo y que tampoco vale la pena darle demasiada importancia.Lo que sí importa es no olvidar que sus personajes son marginales, gente que no entra en el común de los mortales. Gente rara, claro.
Artistas ,ocultistas, iluminados...en fin, de todo un poco. Tamara de Lempicka afirmaba que las normas sociales generales no se podían aplicar a quienes vivían al borde o en la periferia de la sociedad; que vamos, que por ser condesa en el exilio, podía hacer lo que le viniera en ganas.En cierto modo, lo hizo. Y nos dejó su estupenda obra." (Mario Leoni)

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